Por Jimena Barrul Quintana
Hay momentos en la vida en que el dolor, el enojo, la angustia o la tristeza se quedan atrapados en nuestro cuerpo. Cuando eso ocurre, es fácil ahogarse ahí mismo, perder la claridad y sentir que no hay salida. Y sin embargo, justo ahí —en medio del caos, del miedo y de la confusión— comienza el verdadero camino de transformación.
Como compartí en mi podcast Cable Tierra, después de haber estado en ese lugar de oscuridad, la única salida sana fue atravesar la incomodidad más profunda. No huir, no anestesiarme, no distraerme. Sino permitir que mi cuerpo sintiera cada una de las heridas que me habían marcado, una por una, con honestidad y presencia.
Desde ahí empezó un proceso de transformación tan profunda que cambió el rumbo de mi vida. Descubrí que cuando el cuerpo libera el dolor, el alma puede respirar. Y que cada emoción que alguna vez quise evitar —el miedo, la tristeza, la soledad—traía escondida una lección de sabiduría.
Hoy entiendo que sanar no es olvidar lo que nos pasó, sino mirarlo con amor y comprender que cada experiencia difícil llega para recordarnos nuestra fuerza vital, nuestra capacidad de amar y de renacer.
Cada vez que elegimos sentir, elegimos vivir. Y en esa elección, nos encontramos de nuevo con nuestra brújula interior.
No te pierdas el Episodio del Podcast Cable a Tierra con Tania Zarak, “El camino de los valientes” con Jimena Barrull Quintana: https://open.spotify.com/episode/63eB9KbmBmSjjC0U3fUrZv?si=Rt2wnOhWShOaSXYv0Sa5tg

