Cambiando el guion de mi historia

Todo empezó con una pregunta que puede parecer sencilla, pero que es capaz de transformar una vida: ¿y tú quién eres? La mayoría de nosotros respondemos con lo que hacemos o con los roles que ocupamos: madre, padre, hijo, profesional, amigo. Pero detrás de cada etiqueta hay algo mucho más profundo, algo que no se explica con títulos ni responsabilidades. Cuando me atreví a cerrar los ojos y a entrar en silencio, descubrí que la respuesta no estaba afuera. Al escuchar el latido de mi corazón, entendí que soy esa niña que aún vive en mí, llena de alegría y de amor.

Soy las ganas de brillar, de abrazar, de compartir. Soy una pequeña extensión del universo con la misión de contagiar esperanza, conectar y ayudar. Y desde esa esencia pura comprendí que es posible cambiar el guion de la vida. Que no necesitamos esperar a que una tragedia nos sacuda para despertar. Que no hace falta llegar al límite para recordar quiénes somos. Podemos elegir hoy, aquí y ahora, escribir una nueva historia: la historia de un ser humano que decide vivir en un mundo de empatía, de amor y de conexión, y no en uno de indiferencia. Porque todo comienza en uno mismo. Cuando dejamos que las emociones recorran nuestras heridas, cuando nos detenemos, perdonamos y soltamos, algo se acomoda. Y ese acomodo es el inicio de una transformación real. Este es el regreso a casa, el regreso a nosotros mismos. Algunos lo viven después de una enfermedad, de una pérdida o de una caída profunda. Pero no tenemos que esperar a que la vida nos rompa. Todos tenemos la posibilidad de volver a nuestra esencia, a ese amor puro con el que nacimos. Y si miramos con sabiduría, veremos que después de cada tormenta lo externo pierde valor, y lo único que queda firme es lo que somos por dentro. Desde ahí, desde el amor, la autocompasión, el perdón, la simplicidad y la energía divina, podemos volver a empezar. Podemos crear una vida con sentido, no solo para nosotros, sino también para quienes nos rodean y para el mundo entero. Imagino un mundo en el que los seres humanos aprendamos a querernos más, a entendernos mejor, a mirarnos a los ojos y reconocernos como parte de un mismo universo. Un mundo donde en lugar de indiferencia sembremos empatía, donde en lugar de miedo cultivemos amor. Y lo más poderoso es que esa posibilidad está en cada uno de nosotros.

Compartir Blog de Jimena

Post similares